En el mercado de los aislamiento por insuflado podemos encontrar una amplia diversidad de aislamientos. La técnica del aislamiento térmico por insuflado consiste en la inyección de material aislante en cavidades existentes en cámaras de aire, falsos techos y trasdosados. Existen muchos materiales aislantes para realizar relleno en cámara, en este artículo compararemos la idoneidad de los gránulos de poliuretano reciclado (RALIP) y la celulosa.

¿Qué es el aislamiento con celulosa?

La celulosa es un aislante térmico dirigido al insuflado o soplado de tejados, paredes y fachadas de manera ecológica. Este material aislante térmico se produce por medio de la trituración de papel de periódicos que son excedentes de producción de las tiradas diarias, tratadas con aditivos entre ellos el ácido Bórico (es un tóxico peligroso. La intoxicación con este químico puede ser aguda o crónica), que da propiedades fungicidas e ignífugas. A diferencia del RALIP que no es tratado con ningún tipo de aditivo adicional. Simplemente se trata físicamente para realizar una granulometría específica y que se adecue a las características de la cámara de aire donde va a ser insuflado. La celulosa es un aislante reciclado al 85%. En este caso los gránulos de poliuretano reciclado, RALIP, esta certificado con un porcentaje muy superior, es decir, 100% reciclado. Pero una primera diferencia la encontramos en el porcentaje de reciclabilidad, donde RALIP es 100% reciclable y la celulosa no es reciclable debido a que una vez insuflada en la cámara de aire no es susceptible de poder reutilizarse, si es posible retirarla mediante labores de picado en las paredes insufladas con celulosa. Por todo ello aunque podemos considerar la celulosa un material ecológico; El RALIP va mucho más en consonancia con los estándares medio ambientales.

El RALIP es un aislante que respeta más el medio ambiente (85% vs 100% material reciclado)

Las cámaras de aire de las viviendas no son compartimentos estancos y muchas tienen alguna fisura o abertura pequeña que puede producir alguna filtración de agua. En dicho caso si accidentalmente la celulosa se moja, las fibras de celulosa se distienden, aumentando el tamaño de la cámara, produciendo en algunos casos las grietas no deseadas, pero además necesita más tiempo de secado por la humedad y su permeabilidad al vapor no es tan buena como la lana mineral. Es decir, pierde sus características térmicas y acumula humedad realizando la labor inversa a la que inicialmente estaba destinado el material, es decir, aislar. A diferencia del anterior, el RALIP es una aislante de los llamados de celda cerrada, es decir, que no permite que los líquidos se filtren. No coge humedad tampoco. Por todo ello en caso de filtración el aislante no pierde capacidad térmica ni se degrada. Por todo ello nos encontramos que el RALIP es un aislante óptimo frente a filtraciones de agua en cámara de aire.

Características técnicas del aislante con RALIP y con CELULOSA

Respecto a las características técnicas de cada uno de los materiales, podemos ver una densidad aparente de 25kg/m3 en el RALIP y una densidad en la celulosa de 45kg/m3. Encontramos diferencia también en los índices de conductividad térmica, mientras que la celulosa tiene un índice de 0,040 (W/mK); Con RALIP el índice de conductividad térmica es 0,0315 (W/mK), esto supone un ahorro energético mayor debido a su índice de conductividad más bajo, es decir, contribuye a reducir costes elevados de energía de los hogares y lo más importante alcanzar un confort en vivienda óptimo.

Celulosa

RALIP

Asentamiento de materiales aislantes (RALIP vs CELULOSA)

Un punto muy importante a la hora de aislar una vivienda es el tema del asentamiento de materiales aislantes, es decir, si al cabo de unos años hay que volver a la vivienda a insuflar otra vez debido a la aparición de huecos libres de aislante. En este casos la diferencia es importante debido a que la celulosa si se asienta y con el tiempo se quedan huecos sin aislar en la cámara de aire, lo que se traduce en la necesidad de insuflar por segunda vez para completar los huecos aparecidos. A diferencia del RALIP que debido a sus infinitas formas, no se reorganiza en el interior generando huecos libres de aislamiento. Este material trabaja bajo el mismo principio de los balastos de las vías de tren, en las cuales, éstas se disponen encima del mismo y están simplemente apoyados, sin utilizar ligante alguno para permitir el paso del tren. Únicamente se sostienen por el rozamiento entre las caras de las rocas. No se producen fugas por huecos de bases de enchufes, en caso de ser necesaria una sustitución o reparación de los mismos.

Por tanto, y aunque ambos sistemas consiguen aislar térmicamente el edificio o vivienda, RALIP sería la mejor opción a la hora de apostar por un sistema de aislamiento térmico dado la óptima relación entre prestaciones técnicas y económicas.

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